La anciana que ha olvidado todo menos la lengua natal y dos o tres episodios de su infancia.
La loca que repite incansablemente la escena de la boda, cuando fue abandonada en el altar.
La madre del desaparecido que ve un muchacho parecido a su hijo y en un absurdo sobresalto anula treinta años, amaga un grito que se deshace antes de serlo y articula en silencio el nombre tan querido.
Raúl Brasca
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