sábado, 3 de enero de 2009

Traspatio

Estoy sentada en el umbral esperando que vuelva mi madre. Siento esta larga sed. Pasa un hombre vendiendo naranjas y nadie compra una para mí. Estoy sentada en el umbral, soportando el peso de mis útiles y la tirantez del guardapolvo. He traído el patio de la escuela pegado en los zapatos.
Estoy sentada en el patio de la escuela esperando que vuelva mi madre. Se oye chirriar el columpio y ha de ser el viento el que se hamaca. Pasa una niña sola con una naranja.
Estoy sentada en la sombra de mi casa esperando que vuelva mi madre. El tiempo ha carcomido la memoria de los árboles. El viento de la escuela se ha llevado mis lápices. Hay unos zapatos casados con el silencio en el traspatio de la memoria. Estoy esperando que vuelva, y nadie pasa.

María Cristina Ramos

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