lunes, 8 de diciembre de 2008

Balance

Una mujer estaba sentada mirando a su marido. Él estaba en cama borracho y era el vigésimo aniversario de su casamiento. Cuando ella se casó con él creyó que sería feliz. Casada con un holgazán, borracho y bruto, su vida no había sido más que privaciones y miseria. Fue a la habitación contigua y se envenenó. Fue llevada al hospital y la salvaron, pero entonces la justicia la acusó de suicidio frustrado. Ella no dijo nada para excusarse, pero su hija se levantó y le dijo al juez todo lo que su madre había sufrido. Obtuvo la separación con la cual tenía que percibir quince chelines semanales. El marido firmó la sentencia de separación, y una vez hecho esto, sacó quince chelines, diciendo: “Aquí tienes el dinero de la primera semana”. Ella lo cogió y se lo arrojó a la cara. “Toma tu dinero —exclamó— y devuélveme mis veinte años”.

W. Somerset Maugham

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