domingo, 21 de septiembre de 2008

Gente a destiempo

Cuando se enteraron, por el Times de Londres, de que el 27 de julio habría un eclipse total de luna, todos los miembros de la familia Véliz subieron a la terraza y se pasaron la noche bajo un relente feroz, atisbando el firmamento. No hubo ningún eclipse. No hubo ni siquiera luna.
—Será que el eclipse es visible sólo desde Europa —dijo uno de ellos.
—Eso nos da la pauta del atraso en que se debate nuestro país —le contestó otro.
Seis meses después hubo un eclipse parcial de luna en Buenos Aires y sus alrededores, pero la familia Véliz se negó terminantemente a escrutar el cielo.
—No nos interesan eclipses de segunda mano y para colmo parciales —dijeron.
Se encerraron en su casa mientras los analfabetos de siempre se embobaban con un eclipse anticuado.

Marco Denevi

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