jueves, 12 de marzo de 2009

Orgasmos

—Cuéntenos algo de su vida, hombre —le dijimos a un tipo que fumaba en la oscuridad.
—Pero, ¿qué les podría contar yo?
—Algo, hombre, cualquier cosa, anímese.
—Pues qué sé yo, por ejemplo que, a propósito de la palabra “orgasmo”, yo la oí de niño aplicada a los burros y entendí, claro está, “orgasno”. Así que supuse que las burras tenían “orgasnos”, las gatas “orgatos” y las gallinas “orgallos”. Con esa ilusión viví algún tiempo y luego crecí, me mudé de barrio y empecé a hacerme viejo.
—Cuéntenos algo más, no sea tan corto, hombre.
—Y yo qué sé qué más. Pues que ahora vivo en un bloque, allá en el extrarradio, trabajo de vigilante y tengo 53 años. Mis antiguas pretensiones de llegar a ser payaso aún siguen en pie, pero sé que nunca podré serlo y esto es todo cuanto tenía que contarles.

Luis Landero

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